Afrodita con su manzana |
No
busquen en la Biblia, no encontrarán en el Libro del Génesis nada
sobre una manzana. El fruto prohibido no aparece nombrado en los
primeros capítulos de la Biblia y sin embargo durante siglos, la manzana
ha sido vista por muchos creyentes, como el fruto del pecado original.
Tenemos que mezclar dos ingredientes para convertir una simple manzana
en el fruto que Eva dio a Adán: La influencia de la mitología pagana en
el cristianismo y las interpretaciones erróneas de traducción.
La diosa Eris, la diosa de la discordia, como no podía ser menos, se
enfadó al no ser invitada a la boda de Peleo y Tetis (los padres de
Aquiles). Eris pidió una manzana de oro del jardín de las Hespérides, y
puso lo siguiente: kallisti Καλλίστη(Para la más hermosa) y la lanzó en
medio de la boda. Al verla, Hera, Atenea y Afrodita, alegando cada una
ser la más bella, y por lo tanto merecedora del premio, se la
disputaron. Se designó a París de Troya para que eligiera a la
afortunada. Terminó concediendo la manzana a Afrodita, lo que traería
como consecuencia el juicio de Paris y la posterior Guerra de Troya.
Ya tenemos pues la manzana de la discordia. Una manzana que se quedó la
diosa del amor Afrodita. Desde entonces, para los griegos antiguos,
lanzar una manzana a una mujer era señal de declarar su amor por ella. Y
si la manzana era recogida por la joven, su amor era correspondido.
Así un texto atribuido a Platón dice:
"Te arrojo la manzana, y si estás dispuesta a amarme, tómala y comparte
tu vida conmigo; pero si tus pensamientos no son los míos, ni siquiera
la tomes, y considerad cuán breve es la belleza”.
Estas
manzanas del jardín de las Hespérides fueron también uno de los trabajos
de Hercules. En el jardín había las damas de la noche, que eran las
hijas del titán Atlas, el cual vivía en el límite occidental del mundo y
sostenía sobre sus hombros la bóveda celeste.Todas ellas vivían cerca
de su padre, en este jardín guardado por un dragón de ciencabezas
llamado Ladón. Allí estaban las manzanas.
Muchos siglos
posteriores, con la llegada del cristianismo, San Jerónimo tradujo la
Biblia hebrea al latín, la llamada Vulgata. Al traducir Génesis 2. 9,
San Jerónimo se topó con la expresión hebrea "etz ha dahat tov wara, que
se traduce por “el árbol de la ciencia del bien y del mal” y San
Jerónimo la tradujo en "lignumque scientiae boni et mali". Resulta que
la palabra en latín "mali" puede tener su raiz de malum ( mal), de otra
palabra idéntica malum (manzana) o bien de malus (manzano). Así que
identificar la palabra "mal" de aquel arbol, con la palabra "manzana"
era bastante sencillo. De todas formas ya teníamos la manzana de la
discordía, un jardín con un dragón y una diosa mujer, Afrodita, con su
manzana.
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